Campaña de reintroducción del Rebeco

Hoy les cedemos un espacio a nuestros amigos y amigas de la Fundación Naturaleza y Hombre para que nos den a conocer su «Campaña de reintroducción del Rebeco».

La Fundación Naturaleza y Hombre, en su afán por fomentar la recuperación de la biodiversidad y la conservación de la naturaleza, ha desarrollado dos proyectos LIFE-Naturaleza junto a la Comisión Europea. En la actualidad, se encuentra realizando un proyecto LIFE + en Campanarios de Azaba, Salamanca. Sin embargo, el Programa de Reintroducción del Rebeco en la Montaña Oriental de Cantabria se realizó en el marco del proyecto LIFE – Naturaleza «Recuperación y Conservación de la Biodiversidad en la Cuenca del Río Asón».

Tras más de 150 años desde su extinción, en la Montaña Oriental, esta especie recorre de nuevo las cumbres cántabras gracias al esfuerzo realizado por la Fundación, en colaboración con diversas instituciones públicas autonómicas y nacionales. No obstante su consolidación y viabilidad futura necesitan de un respaldo aún más amplio.

Proceso de Extinción:

La desaparición del rebeco del área del Alto Asón comenzó en el siglo XVIII debido a la devastación de su hábitat, provocada por la tala masiva de árboles – unos 82 millones – destinados a la industria naval, y a la presión cinegética. La especie no consiguió adaptarse a los cambios de su entorno, lo que provocó su acantonamiento en el área de Picos de Europa. Los últimos rebecos de los que se tiene testimonio en la Montaña Oriental databan de 1845 en Lanchares y San Pedro del Romeral.

El Rebeco

El rebeco (Rupicapra pyrenaica) es un bóvido de aspecto caprino. Machos y hembras poseen pequeños cuernos de tonalidad negra y curvada. Su cabeza y garganta presentan un color claro, mientras que en la zona de los ojos se advierte una mancha más oscura a modo de antifaz.

El cuerpo mantiene una coloración uniforme, sólo alterada por una línea que recorre su lomo. Las características del pelaje del rebeco varían con las estaciones. En la época estival es corto y gris rojizo, mientras que en el invierno se torna más largo y espeso, con un color casi negro en los flancos y a ambos lados del cuello.

El dimorfismo sexual es perceptible especialmente en el rebeco cantábrico (Rupicapra Pyrenaica parva), subespecie que ha sido reintroducida en la Montaña Oriental de Cantabria. Los machos son más grandes que las hembras, y sus cuernos alcanzan un mayor tamaño y grosor. Como referencia, los rebecos adultos – con independencia de su sexo – suelen superar el metro de longitud, y alcanzan los 70 cm. de altura a la cruz; su peso oscila entre los 25 y 35 kg.

Características

Desde 1985 se considera la existencia de dos especies: Rupicapra pyrenaica, que abarca los rebecos cantábricos, los pirenaicos y los de los Apeninos, y Rupicapra rupicapra, propia de los Alpes. Ambas se encuentran divididas a su vez en diversas subespecies.

El rebeco cantábrico (Rupicapra pyrenaica parva) es más pequeño que sus congéneres pirenaicos, una diferencia que se aprecia también en la longitud de sus cuernos. Su pelaje es más rojizo en verano y de un gris más claro en época invernal. Posee una cola pardo-rojiza frente a la tonalidad negra presente en los rebecos del Pirineo.

Comportamiento

El comportamiento del rebeco es el propio de un ungulado de montaña. El espesor de su pelaje invernal, sus patas y pezuñas (con una membrana interdigital que incrementa la superficie de apoyo sobre la nieve) y la capacidad de procesar como alimento vegetales leñosos, muestran su alto grado de adaptación al medio.

Su actividad es esencialmente diurna, incluso en pleno verano. Los machos permanecen solos o formando grupos la mayor parte del año. Siguiendo este modelo, las hembras forman grupos junto con las crías y los jóvenes del joven del año anterior. Esta separación intersexual se rompe en el periodo de celo que se concentra en los meses de octubre y noviembre.

Tras el apareamiento, la gestación se prolonga durante seis meses, al final de los cuales nace una cría, excepcionalmente dos. El nuevo rebeco llega a la madurez a los 15 meses aproximadamente, alcanzando la independencia de su grupo de origen a los 2 años. Tendrá una esperanza de vida, si permanece en libertad, de unos 17 años.

Los grupos de ejemplares prefieren las áreas de media a las de alta montaña. Cuando llega el invierno descienden a los límites de los bosques montanos u ocupan sus partes altas, compartiendo hábitat con el corzo (Capreolus capreolus). Gustan de vivir en terrenos muy accidentados, ya que es en estas zonas donde sus características morfológicas les permiten burlar la amenaza de los predadores.

En lo que respecta a su alimentación, los rebecos de la Montaña Oriental de Cantabria se alimentan de gramíneas y plantas herbáceas fundamentalmente. Sienten especial predilección por la festuca (Festuca paniculada), el carex, tréboles (Trifolium pratense) en verano, acebos (Ilex aquifolium), arándanos (Vaccinium myrtillus), zarzas (Rubus ulmifolius)y enebros (Juniperus sp.) en invierno.

Distribución

De forma genérica el rebeco puebla las montañas del centro y sur de Europa y Oriente Próximo, especialmente Turquía y la región del Cáucaso. A principios del siglo XX, la especie fue introducida en las zonas altas de Nueva Zelanda.

La población de rebeco cantábrico asciende a unos 16.000 ejemplaresen la cordillera de la que toma su nombre, 5.500 de ellos censados en Picos de Europa. En esta cifra hay que incluir los 100 rebecos (septiembre de 2011) que, tras más de 150 años de ausencia, recorren en libertad la Montaña Oriental de Cantabria, gracias al plan de reintroducción puesto en marcha por la Fundación Naturaleza y Hombre.

Atendiendo a la densidad óptima de la especie en las montañas de altitud media – entre 8 y 10 por km² – el Macizo del Asón podría llegar a sostener una cifra cercana a los 600 rebecos.

Reintroducción

Balance

Después de más de siglo y medio de su desaparición de la zona, los rebecos vuelven a recorrer el Alto Asón, en la Montaña Oriental de Cantabria. La Fundación Naturaleza y Hombre, en el marco del proyecto LIFE de la Unión Europea «Recuperación y Conservación de la Biodiversidad en la Cuenca del Río Asón» y con la colaboración de la Consejería de Ganadería, Agricultura y Pesca del Gobierno de Cantabria, comenzó la reintroducción de la especie en septiembre de 2002 con la suelta de los primeros seis ejemplares. Dos machos y cuatro hembras que, tras pasar el necesario periodo de cuarentena, se adaptaron bien a su nuevo hábitat. Tras varios procesos de captura y suelta, a lo largo del proyecto, se liberaron un total de 34 ejemplares adultos. A día de hoy, la población de rebecos asciende a más de 100 (actualizado en septiembre de 2011).

Los animales reintroducidos fueron capturados en el Parque Nacional de Picos de Europa, gracias a la colaboración entre el organismo rector de Parques Nacionales y la Fundación Naturaleza y Hombre. Concretamente, en la zona cántabra del Macizo Central o de los Urrieles, en los Puertos de Salvorón, el Monte Quebres y los Puertos de Áliva.

Los métodos de captura empleados buscaron reducir al máximo cualquier tipo de daño. Cuando los ejemplares se encontraban en grupo, se utilizó un sistema de redes verticales en zonas de paso para su captura. Este se ha revelado como el método con menor mortandad asociada, mientras que para los animales aislados se emplearon dardos sedantes.

Una vez en manos del equipo de la Fundación, los rebecos fueron sometidos a un tratamiento veterinario para certificar su condición física. Con posterioridad, se trasladaron en cajones individuales adecuados para el transporte y hechos a medida.

Suelta

Una vez comprobado el buen estado de salud del rebeco, la suelta se realizó en una zona protegida de diez mil hectáreas. La mitad corresponden al Parque Natural de los Collados del Asón, mientras que la otra mitad ha sido obtenida gracias al establecimiento de acuerdos con los cotos de San Roque, Valdició y Vega de Pas. Para facilitar su inserción en este nuevo entorno, los rebecos pasaron un periodo de adaptación y cuarentena en un cercado especial de pre-suelta antes de ser puestos en libertad.

Cada ejemplar liberado portaba un crotal y un collar radioemisor para facilitar su seguimiento y control, por parte de las patrullas de vigilancia destinadas a tal efecto por la Fundación Naturaleza y Hombre.

Seguimiento del Programa de Reintroducción del Rebeco

Una vez finalizado el proceso de liberación la Guardería de la Fundación Naturaleza y Hombre ha puesto en marcha un Plan de Vigilancia y Seguimiento. Mediante el que se controla el estado y evolución de la nueva población de rebeco reintroducida, así como su distribución en los distintos parajes de la Montaña Oriental.

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